Es importante reconocer que la mayoría de las personas que tienen exceso de peso tienen algún grado de resistencia a la insulina y a la leptina. La leptina es una hormona que ayuda a regular el apetito. Cuando los niveles de leptina aumentan, se le indican al cuerpo que ya está lleno, por lo que “tendría” que dejar de comer.
A medida que se hace resistente a los efectos de la leptina, termina por comer en exceso, ya que su cuerpo pierde gradualmente su capacidad de "escuchar" las señales que la leptina envía. La investigación de Dr. Richard Johnson muestra claramente que el azúcar refinada (en particular la fructosa procesada) es excepcionalmente efectivo para provocar la resistencia a la leptina. La fructosa también bloquea eficazmente la quema de grasa.
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